El día de ayer nos reunimos en un evento muy especial para celebrar la inauguración oficial de esta nueva etapa como Clínica EnDi y queremos compartir íntegro el discurso de la Dra. Raquel Faradji:
Terminando mi entrenamiento de Endocrinología, Diabetes y Metabolismo en Boston en la Clínica Joslin, afiliada a la Universidad de Harvard, le comenté al entonces Presidente, Keneth Quickel, que quería poner una Clínica Joslin en México. Me explicó que con mucho gusto, pero que la franquicia costaba 100,000 dólares al año. Le dije que muchas gracias, pero que sobrepasaba mi presupuesto. Durante mi estancia en Boston trabajé en los campamentos para niños con diabetes. Experiencia que me marcó para siempre. En mi cercanía a las personas que viven con diabetes tipo 1 y me enseñó a manejar la insulina. Cuando llegué a Boston, en 1996, apenas nacía la insulina lispro y para mi partida en el 2001, ya teníamos insulina glargina. Antes de salir de Boston, le pregunté a mi mentor, el Dr. Jeff Garber, que qué me recomendaba para mi práctica clínica privada en México (pensando que me iba a decir que tuviera un US en el consultorio), y lo que me dijo es que descansará de la consulta los miércoles. Uno de los consejos más sabios que he recibido en toda mi vida, y que sigo haciendo hasta ahora.
Regresando a México, lo primero que hice fue ir a la Asociación Mexicana de Diabetes (AMD), donde conocí al Dr. Joel Rodríguez Saldaña y a la Sra. Gloria Cao Romero de Musi, entonces presidentes médico y ejecutivos de está. Ahí me incorporé por 4 años a los campamentos para niños con diabetes Tonalli. Llegando a ser coordinadora general y directora de estos.
A través de la AMD fue que conocí a Elena Sainz. Primero como paciente, después como asesora en diseño gráfico para Tonalli. Ahí surgió una amistad que duraría muchos años y que posteriormente se convertiría en una colaboración de equipo sinérgica.
Por suerte, justo cuando regresé a México, mi mamá, la Dra. Estela Hazán, logró adquirir la otra mitad de su consultorio en el Centro Médico Palmas, lo que me daba un espacio donde trabajar. Gracias al ingenio y creatividad de mi hermano, el Arquitecto Mauricio Faradji, y mi Papa, el Ing. Marco José Faradji, diseñaron cm por cm, en la computadora, a la medida, un pequeño consultorio que fue muy funcional por 16 años. De hecho, antes de terminarlo, el Dr. Calles me permitió ver pacientes en su consultorio. El primero de ellos, que está hoy con nosotros, y quien me ha sido fiel por todos estos años. En Septiembre del 2001 empecé a dar consulta en ese consultorio, y el 14 de Noviembre del mismo año, Día Mundial de la Diabetes, inauguramos.
Así mismo, junto con mi cuñada Silvia Capuano, entonces Diseñadora, todos los miércoles nos juntábamos para diseñar la papelería de recetas de análisis de laboratorio y de prescripción de insulina, que sigo usando hasta ahora.
Desde entonces, he tenido trabajo de colaboración con la Dra. Estela Hazán, psicoanalista y psicoterapeuta. Nos hemos referido pacientes, y hemos tenido múltiples discusiones interesantes sobre el cuerpo y la mente, lo psicosomático y lo somato-psíquico, la resiliencia y el burnout.
Angélica Blancas ha sido mi secretaria desde entonces, quien siempre se ha preocupado porque los pacientes que están lista de espera puedan conseguir una cita cuando hay alguna cancelación.
En el 2001 también empecé a dar clases de Endocrinología en la Universidad Anáhuac. Ahí tuve la suerte de darle clases a Alan Bonder, hoy gastroenterólogo y hepatólogo. Cuyos padres, los Dres. David y Dalia Bonder, patólogos, se han convertido en colaboradores y todos ellos, en familia para mí.
También fue mi alumna la Dra. Ana Cecilia Uribe Wiechers, quien después hiciera Medicina Interna en Los Angeles y Endocrinología en el Instituto Nacional de la Nutrición y Ciencias Médicas Salvador Zubirán, y con quien tengo el gusto y honor de iniciar este proyecto. Así mismo, desde el 2013, damos juntas clases de Fisiopatología del Sistema Endocrino en la Escuela de Medicina del TEC-ABC (Instituto Tecnológico de Monterrey/Centro Médico ABC).
En el 2004 me fui a la Universidad de Miami, al Diabetes Research Institute, a trabajar en el Programa Clínico de Trasplante de islotes pancreáticos. Una experiencia sumamente productiva desde el punto de vista académico (publique más de 20 artículos científicos), pero que me dejaba inquieta, por cambiar las complicaciones de la diabetes, por las complicaciones de los inmunosupresores.
Regrese a México en el 2008, donde me tomé un año sabático, y aproveche, por azares del destino, para hacer un diplomado en Psicodrama en la Escuela Mexicana de Psicodrama y Sociometría (EMPS), afiliada a la UNAM. Esto cambió mi vida para siempre, al ver que se pueden incorporar los sentimientos y las emociones en los cambios conductuales, lo que puede llevar a tener una mejor salud. Esto dio nacimiento a los talleres de educación de alimentación y prevención en diabetes con sociodrama. Continué la formación en la EMPS, donde conocí a la Dra. Jessica Borensztein, psiquiatra y psicodramatista, quien también se une a este proyecto.
También me reencontré con Elena Sainz, quien ya había realizado su Diplomado en Educación en Diabetes, y quien estaba haciendo su maestría en Educación. Desde entonces soñábamos con tener un espacio donde dar talleres de educación en diabetes, mismos que empezamos a dar en la EMPS y en otros foros. Ella me convenció de terminar mi año sabático antes de tiempo, y empezar a dar consulta. Lo cual muchos pacientes agradecieron. En el 2011 Elena empezó a trabajar como educadora en diabetes en el consultorio, lo cual mejoró radicalmente el grado de control de los pacientes. En el 2016 terminó su doctorado en educación y trajo al mundo a su bebé, por lo que necesitábamos que entrenara a alguien con sus conocimientos, para que me pudiera seguir apoyando en la consulta. Así es como la Nutrióloga y Educadora en Diabetes, Eugenia Morales Alvarado, se unió al equipo. Siempre tratando de ayudar a los pacientes de la manera más natural posible.
A partir del 2015, mi Mamá se daba cuenta de que ya no cabía en el pequeño y funcional consultorio, y que necesitaba crecer. En septiembre del 2015, se desocupó un consultorio en el piso de abajo, del cual nos enamoramos por su amplitud y su luz. Pudimos ver con claridad la posibilidad de los talleres de educación. El Ing. Marco José Faradji y el Arquitecto Mauricio Faradji, junto con su equipo, en especial, el Arq. Ari Orzynski, lograron, después de muchos dolores de cabeza, un proyecto lindo y funcional. Mi querido esposo, Manuel Bessudo, inició la remodelación en Agosto del 2016, quedando listo en marzo del 2017.
En el proceso de la obra, me di cuenta que era muy importante contar con una Enfermera y Educadora en Diabetes. Empezamos a buscar a alguien quien pudiera tomar ese rol a través de los Diplomados de Educadores en Diabetes, dándonos cuenta que son pocas las enfermeras en México, que cuentan con ambas formaciones. La psicóloga Erika Backhoff y la Sra. Gabriela Allard de la AMD, nos recomendaron a Divany Montes, enfermera, quien recién se había graduado con honores del Diplomado, y quien había participado en el Campamento para Niños con Diabetes Tonalli. La entrevistamos, y nos encantó para el puesto. Interesante como todo empezó en el 2001 con la AMD y Tonalli y ahora, son ellos quienes nos recomendaron a Divany.
Nos mudamos el fin de semana del 18 al 20 de marzo, y el 21 del mismo mes, empezamos a dar consulta en estas instalaciones.
En los últimos meses, a la par de la construcción, se ha trabajado mucho en la integración tecnológica, con la creación del Logo de la Clínica EnDi, por la Diseñadora Gráfica Debbie Bolnik, el desarrollo de la página web por la Dra. Elena Sainz, la digitalización de los expedientes y la instalación del equipo audiovisual, para poder analizar los registros de glucosa y los reportes de los diferentes sensores de glucosa, de manera conjunta con los pacientes. Esto favorece el entendimiento de su condición y la mejora en su tratamiento.
Todavía tenemos trabajo por recorrer en hacer más eficiente la atención integral de los pacientes que viven con diabetes y otras condiciones endocrinológicas. Nuestra meta es optimizar nuestra atención para seguir contribuyendo a mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes. Sabiendo que lo más valioso que tenemos es el tiempo que les dedicamos.
Finalmente quisiera agradecer a todos los que hicieron posibles este sueño. A mi hermano Mauricio y a Ari O, que diseñaron el proyecto arquitectónico; a la familia y al equipo por aguantar todos los dolores de cabeza hasta que surgió el nombre de Clínica EnDi, sencillo y funcional: Endocrinología y Diabetes; a Debbie Bolnik que diseñó el logo; a Elena Sainz que diseñó la página web; a Angélica y Divany que han estado digitalizando los expedientes; a los vecinos que aguantaron la obra; y a Halina por los bocadillos.
En especial a Manuel, porque sin él, nada de esto hubiera pasado (yo todavía estaría pensando en irme a San Diego o a Boston o a Chicago). Gracias por hacer que ocurran en esta tierra mis sueños en el aire. Gracias por supervisar toda la construcción de la obra, por tu cuadro, por tus esculturas, por hacer el video, por tu colaboración, por hacerme reir, por sacar lo mejor de mí, por aligerarme la carga, por siempre estar. Te amo.
Nunca podré agradecer lo suficiente a mis padres, pero en especial a mi Ma, quien fue la que no descansó hasta encontrar un lugar apropiado para empezar la Clínica. Como un capullo me cuidaste, y ahora como mariposa, me has dado alas para volar.
¡Te quiero muchísimo Ma!
¡Te quiero muchísimo Pa!
¡Mil Gracias!
Gracias a todos por estar aquí en este evento tan especial.
¡Sigamos disfrutando la fiesta!
Regresando a México, lo primero que hice fue ir a la Asociación Mexicana de Diabetes (AMD), donde conocí al Dr. Joel Rodríguez Saldaña y a la Sra. Gloria Cao Romero de Musi, entonces presidentes médico y ejecutivos de está. Ahí me incorporé por 4 años a los campamentos para niños con diabetes Tonalli. Llegando a ser coordinadora general y directora de estos.
A través de la AMD fue que conocí a Elena Sainz. Primero como paciente, después como asesora en diseño gráfico para Tonalli. Ahí surgió una amistad que duraría muchos años y que posteriormente se convertiría en una colaboración de equipo sinérgica.
Por suerte, justo cuando regresé a México, mi mamá, la Dra. Estela Hazán, logró adquirir la otra mitad de su consultorio en el Centro Médico Palmas, lo que me daba un espacio donde trabajar. Gracias al ingenio y creatividad de mi hermano, el Arquitecto Mauricio Faradji, y mi Papa, el Ing. Marco José Faradji, diseñaron cm por cm, en la computadora, a la medida, un pequeño consultorio que fue muy funcional por 16 años. De hecho, antes de terminarlo, el Dr. Calles me permitió ver pacientes en su consultorio. El primero de ellos, que está hoy con nosotros, y quien me ha sido fiel por todos estos años. En Septiembre del 2001 empecé a dar consulta en ese consultorio, y el 14 de Noviembre del mismo año, Día Mundial de la Diabetes, inauguramos.
Así mismo, junto con mi cuñada Silvia Capuano, entonces Diseñadora, todos los miércoles nos juntábamos para diseñar la papelería de recetas de análisis de laboratorio y de prescripción de insulina, que sigo usando hasta ahora.
Desde entonces, he tenido trabajo de colaboración con la Dra. Estela Hazán, psicoanalista y psicoterapeuta. Nos hemos referido pacientes, y hemos tenido múltiples discusiones interesantes sobre el cuerpo y la mente, lo psicosomático y lo somato-psíquico, la resiliencia y el burnout.
Angélica Blancas ha sido mi secretaria desde entonces, quien siempre se ha preocupado porque los pacientes que están lista de espera puedan conseguir una cita cuando hay alguna cancelación.
En el 2001 también empecé a dar clases de Endocrinología en la Universidad Anáhuac. Ahí tuve la suerte de darle clases a Alan Bonder, hoy gastroenterólogo y hepatólogo. Cuyos padres, los Dres. David y Dalia Bonder, patólogos, se han convertido en colaboradores y todos ellos, en familia para mí.
También fue mi alumna la Dra. Ana Cecilia Uribe Wiechers, quien después hiciera Medicina Interna en Los Angeles y Endocrinología en el Instituto Nacional de la Nutrición y Ciencias Médicas Salvador Zubirán, y con quien tengo el gusto y honor de iniciar este proyecto. Así mismo, desde el 2013, damos juntas clases de Fisiopatología del Sistema Endocrino en la Escuela de Medicina del TEC-ABC (Instituto Tecnológico de Monterrey/Centro Médico ABC).
En el 2004 me fui a la Universidad de Miami, al Diabetes Research Institute, a trabajar en el Programa Clínico de Trasplante de islotes pancreáticos. Una experiencia sumamente productiva desde el punto de vista académico (publique más de 20 artículos científicos), pero que me dejaba inquieta, por cambiar las complicaciones de la diabetes, por las complicaciones de los inmunosupresores.
Regrese a México en el 2008, donde me tomé un año sabático, y aproveche, por azares del destino, para hacer un diplomado en Psicodrama en la Escuela Mexicana de Psicodrama y Sociometría (EMPS), afiliada a la UNAM. Esto cambió mi vida para siempre, al ver que se pueden incorporar los sentimientos y las emociones en los cambios conductuales, lo que puede llevar a tener una mejor salud. Esto dio nacimiento a los talleres de educación de alimentación y prevención en diabetes con sociodrama. Continué la formación en la EMPS, donde conocí a la Dra. Jessica Borensztein, psiquiatra y psicodramatista, quien también se une a este proyecto.
También me reencontré con Elena Sainz, quien ya había realizado su Diplomado en Educación en Diabetes, y quien estaba haciendo su maestría en Educación. Desde entonces soñábamos con tener un espacio donde dar talleres de educación en diabetes, mismos que empezamos a dar en la EMPS y en otros foros. Ella me convenció de terminar mi año sabático antes de tiempo, y empezar a dar consulta. Lo cual muchos pacientes agradecieron. En el 2011 Elena empezó a trabajar como educadora en diabetes en el consultorio, lo cual mejoró radicalmente el grado de control de los pacientes. En el 2016 terminó su doctorado en educación y trajo al mundo a su bebé, por lo que necesitábamos que entrenara a alguien con sus conocimientos, para que me pudiera seguir apoyando en la consulta. Así es como la Nutrióloga y Educadora en Diabetes, Eugenia Morales Alvarado, se unió al equipo. Siempre tratando de ayudar a los pacientes de la manera más natural posible.
A partir del 2015, mi Mamá se daba cuenta de que ya no cabía en el pequeño y funcional consultorio, y que necesitaba crecer. En septiembre del 2015, se desocupó un consultorio en el piso de abajo, del cual nos enamoramos por su amplitud y su luz. Pudimos ver con claridad la posibilidad de los talleres de educación. El Ing. Marco José Faradji y el Arquitecto Mauricio Faradji, junto con su equipo, en especial, el Arq. Ari Orzynski, lograron, después de muchos dolores de cabeza, un proyecto lindo y funcional. Mi querido esposo, Manuel Bessudo, inició la remodelación en Agosto del 2016, quedando listo en marzo del 2017.
En el proceso de la obra, me di cuenta que era muy importante contar con una Enfermera y Educadora en Diabetes. Empezamos a buscar a alguien quien pudiera tomar ese rol a través de los Diplomados de Educadores en Diabetes, dándonos cuenta que son pocas las enfermeras en México, que cuentan con ambas formaciones. La psicóloga Erika Backhoff y la Sra. Gabriela Allard de la AMD, nos recomendaron a Divany Montes, enfermera, quien recién se había graduado con honores del Diplomado, y quien había participado en el Campamento para Niños con Diabetes Tonalli. La entrevistamos, y nos encantó para el puesto. Interesante como todo empezó en el 2001 con la AMD y Tonalli y ahora, son ellos quienes nos recomendaron a Divany.
Nos mudamos el fin de semana del 18 al 20 de marzo, y el 21 del mismo mes, empezamos a dar consulta en estas instalaciones.
En los últimos meses, a la par de la construcción, se ha trabajado mucho en la integración tecnológica, con la creación del Logo de la Clínica EnDi, por la Diseñadora Gráfica Debbie Bolnik, el desarrollo de la página web por la Dra. Elena Sainz, la digitalización de los expedientes y la instalación del equipo audiovisual, para poder analizar los registros de glucosa y los reportes de los diferentes sensores de glucosa, de manera conjunta con los pacientes. Esto favorece el entendimiento de su condición y la mejora en su tratamiento.
Todavía tenemos trabajo por recorrer en hacer más eficiente la atención integral de los pacientes que viven con diabetes y otras condiciones endocrinológicas. Nuestra meta es optimizar nuestra atención para seguir contribuyendo a mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes. Sabiendo que lo más valioso que tenemos es el tiempo que les dedicamos.
Finalmente quisiera agradecer a todos los que hicieron posibles este sueño. A mi hermano Mauricio y a Ari O, que diseñaron el proyecto arquitectónico; a la familia y al equipo por aguantar todos los dolores de cabeza hasta que surgió el nombre de Clínica EnDi, sencillo y funcional: Endocrinología y Diabetes; a Debbie Bolnik que diseñó el logo; a Elena Sainz que diseñó la página web; a Angélica y Divany que han estado digitalizando los expedientes; a los vecinos que aguantaron la obra; y a Halina por los bocadillos.
En especial a Manuel, porque sin él, nada de esto hubiera pasado (yo todavía estaría pensando en irme a San Diego o a Boston o a Chicago). Gracias por hacer que ocurran en esta tierra mis sueños en el aire. Gracias por supervisar toda la construcción de la obra, por tu cuadro, por tus esculturas, por hacer el video, por tu colaboración, por hacerme reir, por sacar lo mejor de mí, por aligerarme la carga, por siempre estar. Te amo.
Nunca podré agradecer lo suficiente a mis padres, pero en especial a mi Ma, quien fue la que no descansó hasta encontrar un lugar apropiado para empezar la Clínica. Como un capullo me cuidaste, y ahora como mariposa, me has dado alas para volar.
¡Te quiero muchísimo Ma!
¡Te quiero muchísimo Pa!
¡Mil Gracias!
Gracias a todos por estar aquí en este evento tan especial.
¡Sigamos disfrutando la fiesta!