¿Qué es?
La endocrinología, la psiquiatría y la psicología son especialidades que trabajan en conjunto para el manejo integral de muchas enfermedades o síndromes. Los sistemas hormonales, además de regular muchas funciones del cuerpo, están relacionados con las emociones, estados de ánimo, conductas, ansiedad y otras cuestiones de lo que se ocupa la psiquiatría. Por ejemplo, existen casos de hipotiroidismo o menopausia, con síntomas similares a los de un cuadro de depresión.
Por otra parte, es sabido que los padecimientos crónicos pueden llevar a alteraciones a nivel emocional. Esto se da ya sea por alteraciones propias de la enfermedad (alteraciones hormonales y/o metabólicas que generan cambios a nivel celular/neuronal y que traen síntomas psicológicos y psiquiátricos), o bien por las dificultades emocionales que genera convivir con un padecimiento crónicamente: aceptación de la enfermedad, tratamientos prolongados invasivos, restricciones en la dieta o en la actividad física, limitaciones físicas, cuidados constantes y el burnout.
Además algunos psicofármacos pueden producir alteraciones metabólicas como efectos secundarios no deseados durante el tratamiento de un padecimiento psiquiátrico.
Una vez que un padecimiento crónico se presenta, su cuidado resulta en un proceso interminable que, generalmente, tiene fluctuaciones que dependen de varios factores:
La personalidad de quien la vive.
Historia de su vida (traumas infantiles, duelos, antecedentes de enfermedad).
El momento del diagnóstico.
Tiempo que se lleva viviendo con la enfermedad.
Momento actual: puede haber depresión, desesperanza.
Rebeldía o dificultades para apegarse al tratamiento por burnout (sentirse quemado, cansado de cuidarse).
Cambios en la dinámica familiar por dificultad para adaptarse al manejo del padecimiento.
Dificultad para interesarse y aprender a tomar las riendas de su salud.
A menudo, se culpa a la persona: “no te cuidas”, “comes lo que no debes”, etc.
Aspectos sociales retadores como tener que dar explicaciones de su cuidado.
La personalidad de quien la vive.
Historia de su vida (traumas infantiles, duelos, antecedentes de enfermedad).
El momento del diagnóstico.
Tiempo que se lleva viviendo con la enfermedad.
Momento actual: puede haber depresión, desesperanza.
Rebeldía o dificultades para apegarse al tratamiento por burnout (sentirse quemado, cansado de cuidarse).
Cambios en la dinámica familiar por dificultad para adaptarse al manejo del padecimiento.
Dificultad para interesarse y aprender a tomar las riendas de su salud.
A menudo, se culpa a la persona: “no te cuidas”, “comes lo que no debes”, etc.
Aspectos sociales retadores como tener que dar explicaciones de su cuidado.
- Trauma por un diagnóstico reciente y repentino.
- No poder seguir adelante con su vida.
- Dificultad en el manejo de su salud.
Vale la pena tener una asesoría psicoterapéutica ya sea breve o a mediano plazo, que consiste en asistir a sesiones de psicoterapia para encontrar la causa consciente o inconsciente que está interfiriendo en el proceso de su padecimiento.
Si usted se encuentra muy deprimido, ansioso, presenta insomnio, a pesar de llevar un proceso psicoterapéutico, entonces es importante que consulte a un psiquiatra.
Si usted se encuentra bajo algún tratamiento psiquiátrico, es importante que le realicen análisis de base y de seguimiento, para ver que no tenga afectaciones metabólicas y que lleve seguimiento con un endocrinólogo.